Méndez, Laura, De Torres Curth, Mónica y Santos, Julieta (2023), Nosotras somos Ellas. Cien años de historias de mujeres en la Patagonia, Neuquén, Editorial EDUCO, 264 páginas°
Gabriela Alejandra Carro*
Fecha de recepción
2 de agosto de 2025
Aceptado para su publicación
21 de octubre de 2025
Esta potente obra historiográfica cumplió dos años desde su presentación el 8 de marzo de 2023 en la sede regional Bariloche de la Universidad Nacional del Comahue (Argentina). Allí este libro fue gestado por mujeres tan diversas como las que protagonizan sus páginas. Este proyecto, encabezado por la Dra. Laura Méndez, no solo reúne narraciones históricas, con intervenciones literarias y artísticas, sino que además logra enlazar la heterogeneidad disciplinar de sus autoras en esta singular producción.
En un campo historiográfico tradicionalmente enfocado en las relaciones entre los pueblos originarios y las sociedades hispano-criollas, o en la trayectoria de grupos europeos, este trabajo se propone reconocer el lugar de las mujeres dentro de una historia integral de la Patagonia. Al hacerlo desde la perspectiva de género, le otorga una particular profundidad al análisis, considerando que rescatar voces femeninas entre un corpus documental producido, en su mayoría, por varones hegemónicos continúa siendo una tarea compleja y urgente.
En cuanto a su abordaje metodológico, hay que resaltar la rigurosidad con la que fueron tratadas las fuentes, atravesadas por el sesgo androcéntrico y occidental propio de su anclaje sociocultural e histórico. La incorporación de fuentes no tradicionales, como memorias, testimonios orales y epistolares, resultó clave para rescatar y ampliar los roles e intereses que ostentaron estas mujeres.
Este gesto metodológico se traduce en una narrativa que intenta rehuir a la linealidad cronológica y la homogeneidad. Cada capítulo constituye, en sí mismo, una pieza singular que aporta a un mosaico más amplio: el de la diversidad femenina en la Patagonia. Mujeres mapuche y tehuelche, afrodescendientes, criollas, chilenas y europeas aparecen en estas páginas no como figuras complementarias de los grandes procesos políticos, sino como protagonistas activas de luchas, resistencias, trabajos, afectos y saberes.
Prologado por la socióloga y especialista en estudios feministas Dora Barrancos, el libro cuenta con nueve capítulos que abordan la diversidad femenina en el espacio patagónico desde mediados del siglo XIX hasta la provincialización de los Territorios Nacionales, en la primera mitad del siglo XX. Parte de un enfoque crítico e interseccional que reconoce a las mujeres como sujetas activas de la historia, diversas en su etnicidad, clase, rol social y territorialidad.
El primer capítulo, “Contexto, voces y silencios”, se sitúa en la historia de las mujeres tehuelche y mapuche en la segunda mitad del siglo XIX en relación con el avance del Estado argentino. A partir de fuentes historiográficas y orales, se muestra cómo estas mujeres participaron activamente en la vida económica, social y política de sus comunidades, desafiando estereotipos reduccionistas.
El segundo capítulo se centra en la vida cotidiana de las mujeres originarias en las tolderías: sus costumbres, cosmovisión, actividades y roles. Aquí se profundiza en su importancia política, social, religiosa, cultural, económica, estética y, sobre todo, simbólica, revelando una organización social no sujeta al binarismo occidental.
En el capítulo 3, se analiza la presencia de mujeres no indígenas en los fortines y los primeros asentamientos criollos. Se exploran los cautiverios femeninos, las prácticas de resistencia y la vida en contextos multiculturales, destacando relatos como el de María Sáez de Vernet en Malvinas y de mujeres afrodescendientes esclavizadas.
En lo que respecta a los capítulos 4 y 5, estos puntualizan sobre la sangrienta conquista del Estado argentino, y las consecuencias que acarreó sobre los territorios australes y su población en el último cuarto del siglo XIX. Aquí el foco se pone sobre dos grupos particulares de mujeres: las que participaron de la conquista y las conquistadas, ambas experiencias atravesadas profundamente por la violencia colonial, estatal y patriarcal.
El primer grupo estuvo compuesto por mujeres mestizas, negras e indígenas que rondaban entre los 12 y los 60 años, todas ellas unidas por una condición: la pobreza. Obligadas a enrolarse y formar parte de la soldadesca por conductas “indecorosas”, como un embarazo fuera de matrimonio, adulterio o el ejercicio de la prostitución, estas mujeres constituyeron el principal antídoto para evitar la deserción, ya que su presencia garantizaba comida, aseo, entretenimiento y contención para la tropa. De allí el interés por conservarlas dentro de las campañas militares.
El segundo grupo, el de las sometidas, tuvo un destino desolador marcado por el trabajo y traslado forzado, el desmembramiento de sus familias, la discriminación y el despojo territorial. De esta manera, se aseguró no solo el exterminio físico, sino también cultural de sus comunidades. Pese a ello, las mujeres desafiaron sus destinos, logrando elaborar distintos mecanismos que les permitieron la resistencia y supervivencia de su cultura. El libro se detiene en estos gestos de resistencia: la transmisión de la lengua, la pervivencia de los rituales o la creación de redes comunitarias.
Una vez finalizada la conquista, el Estado argentino implementó distintas estrategias para poblar y ejercer su dominación sobre los territorios nacionales, asegurándose así la institucionalización de su soberanía. En ese marco, el capítulo 6 aborda los procesos migratorios, tanto de aquellas mujeres que venían del país trasandino como de quienes tuvieron que cruzar de un continente al otro para insertarse en la economía rural patagónica.
Los capítulos 7 y 8 se adentran en las primeras décadas del siglo XX, centrándose en la incidencia de las mujeres en la esfera pública. Entre una población altamente masculinizada, muchas mujeres se desenvolvieron dentro de los roles socialmente aceptados —cuidado, trabajo doméstico y educación—, aunque muchas de ellas desafiaron los mandatos patriarcales y participaron en la construcción de nuevas territorialidades. El libro pone especial énfasis en aquellas trayectorias que, desde lugares subalternizados, lograron disputar sentidos, articular comunidad y cuestionar mandatos de género.
El capítulo final reafirma la necesidad de mirar la historia con ojos de mujer, desde el territorio, la diversidad y el cuerpo. Este apartado opera como una reflexión metahistórica y autoconsciente sobre los modos de narrar la historia. Las autoras reconocen las tensiones de su trabajo: los vacíos documentales, las fronteras de la representación, los riesgos de hablar por otras. Lejos de clausurar la experiencia, esta conciencia de los límites fortalece la propuesta y subraya su carácter abierto, inacabado y situado.
Nosotras somos ellas no solo aporta al conocimiento histórico; también es una obra de gran belleza estética. La presencia de fotografías, poemas e intervenciones ficcionales no adornan el contenido, sino que lo expanden. Las imágenes no ilustran; dialogan con el texto, interpelan al lector y multiplican los sentidos. La poesía, por su parte, introduce pausas sensibles que permiten otra forma de lectura, más corporal, afectiva e intuitiva. Esta dimensión estética no resulta secundaria; es constitutiva de una epistemología feminista que busca otros modos de saber y de narrar.
En este punto, se destaca el valor didáctico del libro. Su estructura modular, su lenguaje accesible y su riqueza documental lo convierten en una herramienta útil para el trabajo en el aula, tanto en el nivel medio como en el superior. Puede ser abordado desde múltiples disciplinas (Historia, Literatura, Ciencias Sociales, Educación Intercultural) y permite articular contenidos curriculares con debates contemporáneos sobre género, memoria, territorio e identidades. Además, su enfoque pedagógico no es paternalista ni prescriptivo, sino que invita a la reflexión crítica, el trabajo colectivo y el reconocimiento de saberes no institucionalizados.
En síntesis, Nosotras somos ellas es una obra imprescindible para pensar la historia de la Patagonia desde una mirada más justa, plural y comprometida. Su contribución a la historia regional resulta tan relevante como su capacidad para conmover e interpelar a quienes la leen. Combina con maestría el rigor de la investigación histórica con la potencia poética del relato, y la claridad pedagógica con la sensibilidad política. En tiempos en los que la reacción conservadora busca reinstalar relatos unificadores y excluyentes, este libro apuesta a una historia hecha de fragmentos, de matices, de memorias rotas y voces recuperadas.
Leer Nosotras somos ellas es, en definitiva, un acto de justicia y de belleza. Un llamado a escuchar lo que había sido silenciado, a ver lo que había sido invisibilizado y a narrar lo que, hasta ahora, no había sido contado.
© 2025 por los autores; licencia otorgada a la revista Cuadernos del Sur Historia. Este artículo es de acceso abierto y distribuido bajo los términos y condiciones de una licencia Atribución-No Comercial-Compartir Igual 4.0 (CC BY-NC-SA 4.0) de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/.
° https://doi.org/10.52292/csh5420255572
* Profesora en Historia. Graduada de la Universidad Nacional del Comahue, Argentina. ORCID: https://orcid.org/0009-0001-1692-4967. Correo electrónico: gabrielacarro28@gmail.com.
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