Seguir tejiendo: un análisis de representaciones de mujeres mapuce en Mujeres del viento

Julieta Berriel*

Cuadernos del Sur - Letras 52 (2022), 100-116, E-ISSN 2362-2970

Este trabajo tiene como objetivo analizar la configuración de representaciones sociales (Raiter et al., 2001) de mujeres mapuce en discursos de la Norpatagonia argentina. Para ello, analicé un corpus conformado por fragmentos discursivos (Jäger, 2003) de una selección de relatos ficcionales del libro Mujeres del Viento (2018) compilado y editado por María José Catalán, Gustavo Gareiz, Diana Rorai y José Silva Garcés mediante el Fondo Editorial Básico de General Roca. En particular, me referiré principalmente a los relatos “El murmullo de las agujas”, “El valor del esfuerzo”, “En Lipetrén, Isabel”, “La mapu me llama” y “Tejer y seguir tejiendo”, en los cuales busqué evidenciar la construcción de representaciones colectivas y estrategias de legitimación y visibilización de las mujeres mapuce.

Palabras clave

mujeres mapuce

literatura patagónica

representaciones sociales

Fecha de recepción

2 de agosto de 2021

Aceptado para su publicación

10 de marzo de 2022

* Universidad Nacional de Comahue. Correo electrónico: julietaberr@hotmail.com.

Resumen

This article has the aim of analyzing the configuration of social representations (Raiter et al, 2001) of Mapuce women in discourses from Argentina’s North Patagonia. For that purpose, I analyzed a corpus of discourse fragments (Jäger, 2003) from a selection of fictional stories from the book Mujeres del Viento (2018) compiled and edited by María José Catalán, Gustavo Gareiz, Diana Rorai y José Silva Garcés through the Fondo Editorial Básico. Specifically, I will refer to “El murmullo de las agujas”, “El valor del esfuerzo”, “En Lipetrén, Isabel”, “La mapu me llama” and “Tejer y seguir tejiendo”, where I sought to demonstrate the construction of collective representations, and strategies of legitimization and visibility of Mapuce women.

Keywords

Mapuce women

Patagonian literature

social representations

Abstract

100-116

Ar

“Esta es nuestra historia: memorias y vida de una mujer como muchas otras en estos lugares, donde subsistir se hacía muy difícil por tantas carencias”

(Catalán et al., 2018: 31)

“El paisaje lejano y frío de los campos del sur contiene muchas historias de vida que se asemejan, en gran parte, unas con otras”

(Catalán et al., 2018: 47)

En este trabajo1 analizo la configuración de representaciones de las mujeres2 mapuce3 en discursos de la Norpatagonia argentina. Para esta investigación, desde la perspectiva interdisciplinar del Análisis Crítico del Discurso (ACD), empleo la categoría de representaciones sociales (Raiter et al., 2001), en conjunto con el horizonte teórico de los estudios culturales (Williams, 1997; Bourdieu, 1985) y las teorías decoloniales desde el feminismo latinoamericano (Bidaseca y Vazquez Laba, 2011; Femenias, 2005; Richard, 1996; 2002).

El empleo de la categoría de representaciones sociales permite enfocar y delimitar el objeto de estudio en los marcos colectivos de percepción. Además, habilita la incorporación del análisis de imágenes pre discursivas presentes en el imaginario social para pensar cómo estas se pueden modificar a partir de nuevos discursos. Respecto de los estudios culturales, Ariel Williams (2001) sostuvo que los mismos realizaban interesantes aportes para analizar el sistema literario patagónico, en particular, las reflexiones respecto a la pugna de sentidos al interior del mismo sistema y por fuera de él. Por una parte, las reflexiones de Pierre Bourdieu contribuyen a señalar las tramas políticas e ideológico-estéticas que condicionan las representaciones. Por la otra, el desarrollo de Raymond Williams sobre manifestaciones hegemónicas y alternativas aporta reflexiones para el análisis de estrategias de legitimación y del ejercicio de poder en el marco de procesos socio-políticos.

La perspectiva decolonial de Bidaseca y Vazquez Laba4 me posibilita focalizar en cómo operan las representaciones sociales en relación con múltiples aspectos de la desigualdad y del colonialismo que condicionan la vida de las mujeres mapuce protagonistas de los relatos analizados. Asimismo, me permite situarme desde el feminismo decolonial de las autoras como parte del posicionamiento crítico del artículo.

Marco teórico

Las representaciones sociales son la imagen (mental) que posee un individuo hablante de una comunidad lingüística acerca de alguna cosa, evento, acción. Las mismas no son monolíticas, sino que cuando son adquiridas interactúan entre sí y tienen la potencialidad de formar nuevas imágenes. Les hablantes poseen entonces representaciones previas que son la base de significado que adquieren los nuevos estímulos e interactúan con ellos. Así, estas imágenes constituyen las creencias del sujeto sobre su entorno (Raiter et al., 2001). Asimismo, Pierre Bourdieu señala que lo que está instituido forma parte de un determinado momento de la lucha de las representaciones y de determinadas manifestaciones sociales, las cuales pueden manipular esas imágenes mentales (Bourdieu, 1985: 88 y siguientes). Para realizar una transformación del mundo es necesaria una transformación de la visión del mundo y de las operaciones prácticas más allá de un monopolio de poder simbólico que nunca puede ser total (Bourdieu, 2000: 140). En este sentido, el análisis de discursos alternativos (Williams, 1997) permite observar cómo las identidades se conforman no solo en los discursos hegemónicos, sino también en discursos alternativos de resistencia y oposición (Femenías, 2005).

En el contexto cultural del sexismo, el racismo y el clasismo, que conforman sistemas interrelacionados de dominación, ciertas representaciones sociales tienen el potencial de ampliar la visibilidad y legitimidad de las mujeres en su condición de sujetos políticos (Bidaseca y Vásquez Laba, 2011). Asimismo, actualmente, en los espacios políticos, la cultura persiste como categoría de afirmación de identidades adquiriendo nuevas dimensiones reflexivas (Sciortino, 2015: 84).

Desde este andamiaje teórico, en el presente artículo analizaré fragmentos discursivos (Jäger, 2003) de una selección de relatos ficcionales del libro Mujeres del Viento (2018), compilado y editado por María José Catalán, Gustavo Gareiz, Diana Rorai y José Silva Garcés mediante el Fondo Editorial Básico. En particular, me referiré principalmente a “El murmullo de las agujas”, “El valor del esfuerzo”, “En Lipetrén, Isabel”, “La mapu me llama” y “Tejer y seguir tejiendo”, aunque se hará referencia a otros cuando se considere conveniente. Los objetivos de este trabajo refieren al análisis de las figuraciones discursivas en relación con las mujeres mapuce y su desarrollo en las narrativas de autores de la Patagonia argentina a partir de su vinculación con el territorio y la metáfora del tejido, en un contexto de gran avance de la literatura patagónica y de los movimientos indígenas, específicamente de mujeres.

Escribir desde el sur

Para comprender el contexto de emergencia del proyecto que da lugar a Mujeres del viento es necesario repasar brevemente el de su antecedente: el libro Memorias del sur. Este último surge en 2017 como parte de un proyecto de capacitación docente y de extensión en el cual les docentes a cargo tenían la intención de trabajar todo un año alrededor de la producción de un libro “desde cero”. El primer paso era realizar entrevistas a personas que les estudiantes eligieran y que vivieran cerca de Los Menucos, provincia de Río Negro. Luego, el objetivo era ficcionalizar esas historias. El resultado fue editado artesanalmente por les estudiantes que realizaban la capacitación y fue compartido con las personas entrevistadas.

A partir de este proyecto, que contó con el reconocimiento de la legislatura de Río Negro, les docentes a cargo del proyecto entraron en contacto con el personal del hospital de Los Menucos que tenía la intención de armar una recopilación de historias, principalmente sobre mujeres. Así comienza a gestarse Mujeres del Viento dentro del Curso de Formación Docente Permanente “Lengua y Literatura en la Patagonia Norte. Taller de escritura literaria”5, en el que les asistentes del Curso realizaron entrevistas a las mujeres que participaban del Taller de Tejido del Servicio Mental Comunitario y Servicio Social del Hospital de Los Menucos. En el proceso de creación del libro participaron más de 150 personas, entre personal de salud, docentes, estudiantes del terciario y escritores invitades6 de múltiples localidades, desde Ingeniero Jacobaci hasta Valcheta, en la provincia de Río Negro. El material fue finalmente editado y publicado por las personas a cargo de llevar adelante dicho Curso de Formación mediante el Fondo Editorial Básico7. Por todo esto, considero que Mujeres del viento constituye un medio alternativo de publicación, por fuera de las lógicas editoriales hegemónicas, situado en la norpatagonia argentina8.

Se trata, entonces, de un proyecto que involucra la memoria regional, a la que pone en valor y visibiliza en la conformación de un libro de historias de vida de mujeres de la Línea Sur de Río Negro. En esto se funda el valor historiográfico y cultural de esta publicación, y debido a ese valor es que se constituye en un objeto de análisis de representaciones en el presente trabajo.

La estructura del libro está dispuesta en 18 secciones de relatos, en las que se distribuyen 36 escritos. Además, cuenta con un relato inicial, uno final y el prólogo a cargo de Pilar Pérez. Cada una de las 18 secciones posee un título y un subtítulo, que siempre utiliza la misma fórmula: “Relatos escritos a partir de la historia de vida de (nombre de la entrevistada)9”. Cada sección está compuesta por relatos escritos por distintas personas con base en una misma entrevista.

Teniendo esto en mente, Mujeres del viento habilita una reflexión del acto de palabra como un encuentro, en términos de Pierre Bourdieu (1985: 11-12). Su producción se desarrolló como un proyecto colectivo y se enuncia, desde el prólogo, como un diálogo (Catalán et al., 2018: 20); es decir, subraya explícitamente la condición dialógica de toda enunciación (Bajtin, 1999) que ya estaba planteada desde la realización de las entrevistas. Incluso varios escritos se desprenden de una misma entrevista, como se mencionó anteriormente, lo cual permite observar cómo las historias son codificadas por les autores de los relatos ficcionales de formas diversas.

Por su parte, los discursos de la comunidad mapuce, en este caso recuperados a partir de las entrevistas realizadas, se caracterizan por la denuncia e impugnación del “relato oficial” fundacional del Estado Nación (Trinchero et al., 2014) y de las nuevas formas de opresión y desigualdad del período poscolonial. Desde este carácter polifónico, se enuncia la complejidad de la realidad del territorio que solo podría ser expresada de forma colectiva y comunitaria.

Los discursos de la comunidad mapuce y algunos discursos de les escritores desde la Patagonia tienen la potencialidad de disputar sentidos con el relato oficial fundacional del Estado nacional a través de la perspectiva de sujetos que no encajan con las características del proyecto nacional. De esta forma, pueden desmontar una idea de nación homogénea fundada en un sujeto varón, blanco, letrado, moderno, urbano y racional que se sostiene desde políticas centralizadas y coloniales, y configurar así sus propias imágenes identitarias10. En esta operación se alteran los tradicionales estéticos y simbólicos (Masiello, 1997: 92). La identidad deja de ser un conjunto cerrado y fijo de atributos predeterminados desde fuera para volverse una práctica articulatoria: un proceso de subjetivación que se deshace y rehace mediante identificaciones tácticas con diferentes “posiciones de sujeto” móviles y cambiantes (Richard, 2002: 100). Estos discursos ponen en evidencia el valor construido de las representaciones y permiten interrogar los mecanismos que moldean los sentidos e identidades al exponer la materialidad discursiva de los mensajes que la ideología cultural dominante busca transparentar para hacernos creer que sus significados han sido fijados de una vez para siempre (Richard, 1996: 743).

Representaciones colectivas

En los relatos de Mujeres del viento se configura una representación colectiva de las mujeres mapuce. Por un lado, se utilizan enunciados que las nombran en plural y, por el otro, estas narrativas se construyen a partir de vivencias individuales que son comunes a las de otras mujeres, que están dando cuenta de la memoria de un pueblo y así se enuncian. El título mismo del libro nombra a las mujeres en plural y construye desde un inicio esta representación. Hay una conciencia de memoria colectiva que se desarrolla y defiende a lo largo de todos los relatos. Además, se plantea una mirada ética y política al nombrar el libro en el prólogo como un “prisma de historias de mujeres de la Línea Sur” (Catalán et al., 2018: 20) y como una deuda evidente frente a la omisión de estas vivencias en la construcción del relato oficial de la historia de la Patagonia (Catalán et al., 2018: 19).

En el despliegue de las representaciones sobre estas mujeres, el desarrollo de los relatos se enmarca continuamente en una situación de opresión sistémica que condiciona a los personajes y sus experiencias: la situación histórica de despojo a la que se sometió a las naciones indígenas y la violencia patriarcal sobre las mujeres producto de esta misma colonización. Por ende, las experiencias de vida retratadas son compartidas por otras mujeres del territorio, contribuyendo a la representación colectiva. Estas opresiones se relacionan con otras como la xenofobia, la homofobia y el clasismo, que aparecen representadas en múltiples relatos.

La conciencia de historicidad de las experiencias individuales es explicitada en la mayor parte de los relatos. Las protagonistas, desde una primera persona o desde una focalización interna, enuncian la discriminación sufrida como consecuencia de una opresión sistémica y accionan distintas formas de resistencia, tanto en el nivel de lo cotidiano como al organizar estrategias colectivas. Esto es explicitado desde el prólogo y en muchos relatos. Por ejemplo, en “Tejer y seguir tejiendo” dice: “Miles de historias marcadas por infinitas opresiones del patriarcado, del colonialismo, del racismo; y de las profundas marcas que dejó la Conquista” (Catalán et al., 2018: 221 y siguientes). A su vez, en “La familia” se enuncia:

Sentados frente a frente, Teolinda y el turco no hablaron del destino de un campo, sino de todos los campos de la Línea Sur que fueron usurpados, arrebatados y repartidos por la fuerza de las armas y el prodigio de la sangre (Catalán et al., 2018: 145).

En otros relatos, la consciencia de su contexto histórico aparece de forma implícita, pues las protagonistas saben que sus acciones no las involucran únicamente a ellas y a sus personas más cercanas, sino que se vinculan con una historia colectiva y que repercutirán en el futuro: “Esta es nuestra historia: memorias y vida de una mujer como muchas otras en estos lugares, donde subsistir se hacía muy difícil por tantas carencias” (Catalán et al., 2018: 31) y “almidonaba las esperanzas de ver a sus hijos crecer forjando un futuro distinto, transitado con firmeza y convicción.” (Catalán et al., 2018: 167).

Las protagonistas sufren el aislamiento, la violencia física y emocional y el abandono institucional. Sin embargo, con la misma potencia con la que se enuncia el dolor y se denuncia la injusticia, se expresan vínculos, afecto y rebeldía, por ejemplo: “La salvó el abrazo de su compañera” (Catalán et al., 2018: 159). Así, se da cuenta de la complejidad de la realidad del territorio que da cuenta de los recursos y estrategias de cuidado de estas mujeres y la trama de relaciones entre ellas y con las personas que las rodean. En “La mapu me llama”, la protagonista ocupa un rol activo en la lucha social: “Me da igual aquellos que crean que por mujer no puedo llegar adelante una lucha” (Catalán et al., 2018: 215). En esta misma línea, en “En Lipetrén, Isabel”, este rol se configura explícitamente desde lo intergeneracional: “Tres generaciones de mujeres luchando juntas” (Catalán et al., 2018: 189). Se narran distintas situaciones en las que las protagonistas conforman redes de apoyo y solidaridad. En el relato “La mapu me llama”, en el que se narra una instancia de recuperación territorial, la protagonista dice: “Mujeres que sin conocernos me acompañaron, historias similares rodeaban el fogón, estábamos juntas por una misma causa, el arrebato a nuestra identidad.” (Catalán et al., 2018: 218).

También, es fundamental el vínculo entre las mujeres de la familia, el cual se configura en la narración principalmente a partir del recuerdo de las historias de sus madres y abuelas y el deseo de un mejor futuro para sus hijas. Asimismo, se dan instancias de encuentro intergeneracional para llevar a cabo acciones colectivas:

Luego de un extenso e intenso intercambio, no podían sino sentir que esos relatos otros eran, también e inevitablemente, los suyos, los de sus madres, sus ñañas, hermanas, hijas; dejando las individualidades y tejiendo la posibilidad de una identidad colectiva (Catalán et al., 2018: 218).

De esta forma, se construye a lo largo de los relatos un sujeto colectivo y, más específicamente, un “nosotras”. Las protagonistas de los relatos cargan con el peso de una memoria familiar marcada por la opresión sufrida por su pueblo. Son conscientes de que la violencia sufrida por ellas es también la violencia que padecieron sus madres y sus abuelas y que es consecuencia de la colonización del pueblo mapuce. Esto refuerza las redes de solidaridad entre mujeres mencionadas anteriormente, y también un compromiso activo por evitar que “la historia se repita” (Catalán et al., 2018: 49).

La representación del territorio

Para la configuración de representaciones colectivas se pone en funcionamiento, a lo largo de los escritos, un conjunto de temas vinculados a la cultura del pueblo mapuce: el territorio, la lengua y el tejido. De estos tres temas principales, el primero es el más recurrente. En la construcción de los personajes, estos son identificados con el territorio, que se relaciona con la memoria personal, la infancia y la familia, y también con la historia del pueblo. En la cosmovisión mapuce, el territorio es esencialmente un espacio socializado y culturizado, portador de significados que sobrepasan su configuración física, por lo que sin territorio no hay continuidad cultural (Salgado et al., 2009: 39). Roxana Volio señala que los seres humanos son portadores de cultura y que la identidad de género es inseparable de esa construcción cultural, y viceversa (2008: 15). El territorio para muchas cosmovisiones indígenas, específicamente la mapuce, no es solamente el lugar de residencia o el entorno, sino que forma parte de la comunidad. Las mujeres de los relatos se vinculan con su territorio y, por ende, con su cultura.

La importancia otorgada a la territorialidad está desde el inicio del proyecto mismo, puesto que el primer objetivo fue recopilar vivencias de mujeres que provienen de zonas rurales de la Línea Sur de la provincia de Río Negro. De esta forma, se establece un posicionamiento político al centrar la atención en una región geográfica ubicada por fuera de los grandes centros poblacionales de la provincia las ciudades de Cipolletti, General Roca, Viedma y Bariloche. En todos los relatos del libro, el territorio ocupa un lugar fundamental y relevante en la trama y/o en la construcción de los personajes, premisa que es anticipada al lector desde el título y el subtítulo del libro mismo: Mujeres del viento. Historias de vida de mujeres de la Línea Sur de Río Negro.

El título menciona explícitamente el viento11, elemento natural característico de la región patagónica, y realiza un intertexto con el poema “Las mujeres y el viento/pu zomo engu kvrvf” de la poeta mapuce Liliana Ancalao. Asimismo, el primer epígrafe cita un fragmento del poema “Las mujeres y la lluvia/pu zomo engu mawun” de la misma poeta. Ambos textos forman parte del poemario Mujeres a la intemperie/Pu zomo wekuntu mew, en el que la autora se aboca a las mujeres, sus vivencias e historias familiares, y las pone en relación explícita con elementos naturales a partir de los cuales realiza un desarrollo poético sobre cómo el pueblo mapuce concibe la naturaleza, cuál es su relación con el medio natural y cómo se vincula con prácticas culturales.

Por su parte, el libro Mujeres del viento relaciona la representación discursiva de las mujeres con el territorio en el que viven: la Línea Sur de Río Negro. En primer lugar, este territorio es nombrado a partir de una poetización y valorización de sus características más representativas, por ejemplo, con la personificación del viento: “En ese instante el viento se entromete en la calma de la reunión, serpenteante, susurra silencios, denuncia a los infames” (Catalán et al., 2018: 27). El viento se constituye como un contra canto que multiplica estas voces silenciadas y no escuchadas a través de su silbido (Catalán et al., 2018: 167), su eco (Catalán et al., 2018: 178) o como transporte de las palabras Catalán et al., 2018: 206). El último relato, “Tejer y seguir tejiendo”, se ubica en la meseta de Somuncura, un lugar representativo del territorio, cuyo nombre, que en mapuzungun significa “piedra que habla”, hace referencia al sonido del viento contra las rocas. Mediante estos elementos, se configura un territorio parlante que rige en todo el libro.

En segundo lugar, se señala cómo incide el clima en la cotidianeidad de los personajes, principalmente refiriendo a factores como la aridez del terreno y el frío, que son remarcados por la precarización de las condiciones de vida:

El paisaje lejano y frío de los campos del sur contiene muchas historias de vida que se asemejan, en gran parte, unas con otras. (...) carencias materiales y el duro trabajo que nuestras mujeres aprendían desde niñas y debían realizar junto a su familia (Catalán et al., 2018: 41).

El territorio aparece vinculado, por un lado, a la memoria personal y, por otro, a la historia del pueblo mapuce. Relatos como “En Lipetrén, Isabel” sitúan, desde el título, al personaje en su espacio específico y, a partir de allí, se despliega narrativamente la experiencia de vida vinculada a dicho territorio, en este caso por habitar en él. En “La mapu me llama”, no se especifica el espacio desde el título, sino que este funciona para establecer desde un primer momento la importancia del vínculo de comunicación y reciprocidad de este personaje con el espacio que habita. Además, se explicita la motivación del personaje para realizar la recuperación territorial, la cual se reforzará en el título por el empleo de una palabra en mapuzungun que destaca la relevancia dada al vínculo personal y cultural con el territorio. Asimismo, es un título en primera persona del singular que rescata la voz de la protagonista y le otorga mayor presencia contribuyendo a la representación.

Respecto a la memoria personal, las protagonistas de los relatos “La mapu me llama” y “El valor del esfuerzo” relacionan el territorio con su infancia y, por ende, con su familia cercana. En este aspecto, el territorio se configura con los recuerdos y la memoria personal: “Aquellas noches en las que no podía dormir, las estrellas me recordaban mi infancia en El Chaiful” (Catalán et al., 2018: 217). En estos relatos de regreso al hogar de la infancia, el territorio implica un retorno a un espacio querido en la niñez, que aparece idealizado por la nostalgia, el sentimiento de despojo y un profundo desarraigo. Esta configuración del territorio está marcada por un sentimiento de pertenencia que motiva, en el caso de los dos relatos, la iniciativa para recuperarlo y este sentimiento, a su vez, se intensifica con la toma de la consciencia de los personajes del despojo histórico padecido por su pueblo:

Desbordé en llanto recordando a mi padre, casi con susurros recordé su voz reprimida y sus gritos de dolor cuando nos pedía por favor que no se enterara quienes éramos. En aquellos tiempos reconocernos como lo que somos era un pecado, la marca que nos asignaron y que todavía hoy es mal vista nos llevó a esconder nuestras raíces (Catalán et al., 2018: 217).

Si bien el territorio aparece idealizado a partir de la nostalgia de la memoria, no es así en todos los fragmentos. Como se mencionó anteriormente, los relatos señalan continuamente las condiciones climáticas, principalmente la aridez y el frío, para denunciar la precariedad en la que les pobladores de estas zonas deben afrontarlas debido a la usurpación de sus tierras por parte de empresas y a la pobreza resultado del abandono estatal, como en “La mapu me llama” y “En Lipetrén, Isabel”.

Las protagonistas de los relatos están atravesadas por los desplazamientos territoriales y denuncian el despojo del pueblo mapuce realizado por medio de la usurpación de tierras. Si bien los hechos narrados en el libro transcurrieron hace pocas décadas, son una consecuencia histórica de la expulsión del pueblo mapuce de su territorio mediante las campañas militares del siglo XIX y, posteriormente en el siglo XX, el uso de contratos que obligaban a ceder las tierras. De esta forma, en muchos relatos se denuncia la continuidad de políticas económicas que expulsan a las poblaciones indígenas y precarizan sus condiciones de vida. Por ejemplo, en el relato “La mapu me llama” se narra la movilización de una familia hacia el territorio del que habían sido expulsades años atrás por una empresa para iniciar una recuperación territorial:

La avaricia de unos pocos quiso sepultar una historia de vida, sin embargo, se encontraron con una mujer que estaba dispuesta a llamar las cosas por su nombre y, sobre todo, por lo que fue, un robo en todos los sentidos (Catalán et al., 2018: 219).

Asimismo, en los relatos también es recurrente la experiencia de migraciones forzosas hacia zonas más urbanizadas debido a la imposibilidad de desarrollar su vida en el lugar de origen:

Mujeres que deben salir a trabajar con muy corta edad aún, totalmente desamparadas, abandonando su lugar de origen y a su familia para forjar su destino, llevando consigo las experiencias vividas en aquellos lugares donde les tocó nacer y vivir hasta su adolescencia (Catalán et al., 2018: 47).

Estos traslados también son denunciados como consecuencia de políticas económicas que precarizan las condiciones de vida en zonas alejadas de los centros urbanos. Tanto la usurpación de las tierras como las migraciones atraviesan la vivencia de todas las personas que habitan en zonas rurales. Específicamente, estos relatos señalan que los traslados forzosos forman parte de la opresión histórica de las naciones indígenas y son la continuidad de la colonización iniciada siglos antes. Al focalizarse en la experiencia de las mujeres, visibilizan su presencia en esta historia y también la violencia específica sobre ellas, amplificando las representaciones previas que puedan tener les lectores.

Los movimientos de mujeres indígenas del continente —como el feminismo comunitario de las mujeres aymara en Bolivia o el Movimientos de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir— sostienen que la lucha por sus derechos culturales y de género está necesariamente vinculada a sus derechos territoriales. Particularmente, las organizaciones de mujeres mapuce han denunciado los traslados forzados, sus consecuencias y sus continuidades en las expropiaciones de la tierra que se realizan en la actualidad, en su mayoría para la explotación de recursos naturales no renovables y proyectos de megaminería a cielo abierto. Su activismo está directamente relacionado con estos reclamos, lo cual puede observarse en el accionar de sus principales referentes que apoyan permanentemente instancias de recuperación territorial. Además, las personas desplazadas por conflictos socio políticos son millones a lo largo del continente, en su mayoría mujeres de bajos recursos. En este contexto, pueden pensarse cruces en estas nuevas manifestaciones discursivas que están respondiendo a las reivindicaciones y a las preocupaciones de estos grupos. En estos relatos, se pone en el centro particularmente a la mujer desplazada mapuce del presente.

La metáfora del tejido

En la configuración de las representaciones de las mujeres mapuce como colectivo son fundamentales las menciones del tejido como metáfora12, el cual, para las mujeres mapuce, es fundamental en la autonomía económica y la pervivencia cultural. En la región norpatagónica argentina las diferentes experiencias que realizan las mujeres mapuce, como mujeres tejedoras organizadas, dan cuenta de la importancia del telar como instrumento de transformación de la realidad social. Los espacios colectivos de tejido, en las últimas décadas, sirvieron como facilitadores de los procesos de negociación política e identitaria de las mujeres indígenas. Así, el wixal (telar mapuce) se ha convertido en una herramienta clave para la autonomía económica, cultural y política del pueblo/nación mapuce y de las mujeres en particular (García Gualda, 2013: 9). Mediante esta metáfora, el trabajo comunitario, la solidaridad entre mujeres, la continuidad cultural y la autonomía formarán parte de los valores y la configuración de la representación de las mujeres mapuce en el libro.

En los relatos, se menciona el tejido, o palabras propias de su universo semántico, para hacer referencia a instancias de encuentro y expresión de las mujeres. Por ello, aparecen enunciados como una “mancha hecha de palabras” (Catalán et al., 2018: 28). El tejido es entendido como aquello que reúne la memoria colectiva a través de cada hilo individual, es decir, de cada una de las mujeres. En otras palabras, conecta las diversas voces en un tono coral. Se constituye también como un medio de expresión que enuncia una forma de ver el mundo: “Su universo pequeñito cabía a la perfección en sus manos tejedoras” (Catalán et al., 2018: 105). Forma parte de su forma de comprender su entorno y, por ende, de las representaciones que tienen de él.

El libro se abre y se cierra con dos escritos que estructuran la narración a partir de esta metáfora y que funcionan como clave de lectura: “El murmullo de las agujas” y “Tejer y seguir tejiendo”. Estos relatos no están relacionados directamente con una entrevista como los anteriores, sino que describen una situación ficticia de un encuentro de mujeres, la cual funciona como síntesis y catalizador de algunos de los temas comunes al resto de los relatos: el territorio, las tradiciones y la solidaridad entre mujeres. En estos escritos, el tejido como metáfora refiere a la construcción colectiva y a la permanencia de su cultura, aspectos que se van a expresar también a partir de la vinculación explícita del tejido con la acción de contar las historias de este pueblo y, por ende, con la memoria:

Ramona, Irma, Evangelina, Norma, María llenaron el silencio e invitaron a otras mujeres a seguir tejiendo. Ellas llegan desde Maquinchao, Aguada de Guerra, Jacobacci, Laguna Blanca, Caltrauna, Jicha, Lipetrén, El Caín, Quetrequile y Pilquiniyeu. Ya ven la inmensidad de esta manta hecha de palabras, relatos, historias; cada hilo individual entreteje una trama colectiva, con diversos colores que dicen, con palabras que brotan (Catalán et al., 2018: 27-28).

La posibilidad de contar, algunas de ellas por primera vez, volver a caminar por aquellas huellas que las hacen ser quienes son, volver a tejer y esta vez entre todas, esta manta que transforma el dolor y el silencio en un accionar político y reparador. Tejer el esfuerzo de cambiarlo todo; tejer para ellas, para sus hijas, sus nietas. Tejer y soñar con otras vidas posibles, desde la afectividad, desde la revitalización de los conocimientos ancestrales, desde el estar y el acompañar. Tejer y seguir tejiendo (Catalán et al., 2018: 222).

De esta forma, no solamente se efectúa una toma de la palabra como acontecimiento y ejercicio político, en términos de Michel de Certeau13, sino que se realiza desde la figura del telar, es decir, desde un posicionamiento situado en una cultura. Así, se construyen representaciones a partir de un pueblo y de un género.

Seguir tejiendo

Frente a una historia contada por otres, un relato centrado en la masculinidad y en la urbanidad como centro de la palabra, las voces y relatos de estas mujeres se alzan desde un silenciamiento histórico y reconfiguran las representaciones sobre ellas a partir de sus testimonios de vida recogidos en las entrevistas. Estos discursos amplían las representaciones de las mujeres mapuce dando cuenta de la complejidad de su identidad.

Mujeres del viento irrumpe en la sordera oficial, como dice Pilar Perez en el prólogo, a partir de visibilizar las historias de vida de mujeres mapuce habitantes del territorio, realizar una denuncia y participar de la lucha por la recuperación de la memoria del pueblo mapuce desde lo colectivo. La experiencia de producción y difusión de Mujeres del viento configuró un espacio en el cual la pluralidad de identidades de las entrevistadas se encuentra con la pluralidad de les escritores en un diálogo definido por la escucha e involucrando en la memoria regional. Estas voces se expresan desde el dolor de una vieja herida, pero también desde la resistencia y la ternura, con la fuerza para denunciar las injusticias y expresar el afecto.

Bibliografía

Fuentes

Catalán, María José et al. (2018), Mujeres del viento. Historias de vida de mujeres de la Línea Sur de Río Negro, General Roca, Fondo Editorial Básico, [disponible en ].

Bibliografía referida

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1 Este trabajo se realizó en el marco del Seminario de Literatura Argentina de la Licenciatura en Letras de la Universidad Nacional del Comahue y de la beca de investigación EVC-CIN Representaciones y autorrepresentaciones de mujeres mapuche involucradas en luchas identitarias y territoriales (2020 - 2021). Agradezco a mi directora de beca y especialista Griselda Fanese y a la doctora Alejandra Minelli por sus correcciones y sugerencias durante el proceso de redacción del trabajo y por el incentivo para su publicación. Asimismo, agradezco los valiosos aportes de les evaluadores que sumaron a mi lectura y análisis de este objeto de estudio.

2 Entenderé por “mujeres” una categoría socialmente construida sociológica y políticamente, resultado de la ideología de la diferencia sexual que deriva de la división sexual del trabajo en diferentes sociedades. También, como una categoría que permite la articulación política para la acción a partir del reconocimiento de una opresión (Curiel, 2011: 3). En esta misma línea, Nelly Richard expresa que lo femenino es una categoría que debe ser constantemente reinterpretada (1996), consideración a partir de la cual me separo de cualquier sesgo esencialista del concepto.

3 En este artículo, para las palabras en mapuzungun, se utiliza el sistema de escritura del grafemario raguileo siguiendo la propuesta del “Primer módulo de mapuzungun” impartido por el Centro de Educación Mapuce “Norgvbamtuleayiñ”, Ruka Newen Mapu, ciudad de Neuquén, dictado en 2019. Por ello, se escribirá mapuce y no mapuche, siendo el grafema c el correspondiente al fonema post alveolar africado sordo /t͡ʃ/.

4 Dicha perspectiva está en línea con el feminismo interseccional de autoras afroamericanas como bell hooks y Kimberlé Crenshaw. Cabe aclarar, para el presente artículo, que el empleo de este andamiaje teórico se realiza sin perder de vista los cuestionamientos por parte de movimiento de mujeres indígenas al concepto de “interseccional” y “decolonial”.

5 El curso se proyectó en dos cuatrimestres. En el primero, se escribieron las historias y se armaron las versiones escritas; en el segundo, se desarrollaron contenidos de expresión y retórica, y pudo armarse el audiolibro. Esto último surgió debido a que varias mujeres entrevistadas no saben leer ni escribir, por lo que resultaba importante que también pudieran escuchar los relatos. Al ser una carrera a término se buscaba aprovechar toda oportunidad para trabajar la mayor cantidad de contenidos posibles. Lo principal era la expresión de una memoria colectiva, pero también se trabajó sobre la escritura literaria y estrategias para la enseñanza de escritura literaria en la escuela.

6 En los relatos analizados, una de las autoras es Griselda Fanese, de amplio reconocimiento y trayectoria en la región.

7 Es un proyecto que estimula y propicia el desarrollo de publicaciones que den cuenta del trabajo docente. Se creó con el propósito de acompañar e incentivar las investigaciones y el desarrollo profesional de los docentes de las diferentes áreas del IFDC, y se hizo extensivo a toda la comunidad educativa.

8 Analizo esta hegemonía a partir del horizonte teórico de las reflexiones de Raymond Williams sobre la hegemonía cultural para pensar el centralismo del mercado editorial nacional argentino que privilegia las producciones de la capital del país en detrimento de otras zonas como la norpatagonia —lugar de producción y circulación del libro Mujeres del viento—.

9 Los nombres mencionados fueron inventados para proteger la identidad de las mujeres entrevistadas.

10 Estos discursos de escritores de Patagonia forman una parte importante que se presenta con mucha fuerza. Desde hace unos años, se ha estudiado a conjuntos de artistas en el sur de Argentina y de Chile con actitudes y posturas políticas activas que hacen circular estas ideas específicas en sus textos. Específicamente, las mujeres del sur —hago esta especificación porque la gran mayoría de les autores de los relatos analizados son mujeres—, condicionadas en su proceso de construcción de identidad, están reinventando y reescribiendo sus narrativas generando transformaciones identitarias (Riedemann y Arellano, 2012: 61).

11 La aparición del viento como figura discursiva ya se encuentra en textos muy anteriores, como en Saint Exupery, Roger Callois y Sarmiento.

12 Específicamente, me interesa el análisis de las metáforas por ser un mecanismo cognitivo con una función central en la concepción de las realidades cotidianas de los individuos (Lakoff y Johnson, 2017). En este sentido, resulta una categoría productiva para el análisis de las representaciones sociales.

13 Luis Ignacio Sierra Gutiérrez (2008) define la toma de la palabra, desarrollada por Michel de Certeau, como eje y lugar simbólico del acontecimiento. El poder de la palabra adquiere un nuevo estatuto simbólico, permite a la sociedad interpelar a sí misma e impugnar el sistema social y político, subrayando la dimensión comunicativa del lenguaje (348-349).